Tanto el embarazo, parto y lactancia son momentos de la vida de una mujer en los cuales el piso pélvico se ve afectado.
Durante el embarazo, las hormonas llevan a que la gestante este más laxa, el piso pélvico más relajado y por el aumento de peso por el crecimiento del bebé, se genera una sobrecarga en la zona de la pelvis.
El parto vaginal también afecta al piso pélvico, ya que es estirado hasta los 10 – 11 cm y un expulsivo largo, fórceps, episiotomía, maniobra de kristeller, son factores que lo dañan aun más.
La cesárea también afecta el piso pélvico porque al ser una cirugía abdominal, altera el funcionamiento de la fascia y musculatura del abdomen, la cual esta íntimamente relacionada con el funcionamiento del piso pélvico.
Durante la lactancia continúan habiendo hormonas que aumentan la laxitud de los tejidos, hasta que dejemos de dar pecho. La impregnación de estas hormonas hace que estemos predispuestas a disfunciones de piso pélvico como incontinencias y prolapsos.
Estar embarazada, parir y dar pecho son etapas hermosas y naturales de la vida de una mujer, sin embargo, debemos prestar atención a la zona pélvica ya que se ve afectada con todos estos procesos.
Les recomendamos preparar su piso pélvico durante el embarazo y hacerse una evaluación de este en el postparto.
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